¿Cuál es la mejor estrategia de mantenimiento?
Para poder garantizar el rendimiento y generación de una instalación fotovoltaica a lo largo del tiempo es fundamental realizar distintas acciones de mantenimiento que podemos clasificar en: preventivas, correctivas y predictivas.
🗓️ Las acciones preventivas se basan en establecer un calendario de intervenciones para toda la vida útil del sistema. Es la base de las prácticas de mantenimiento tradicionales. Durante las inspecciones, se detectan los fallos existentes y se corrigen sustituyendo los componentes defectuosos.
⚠️ Las acciones correctivas se ejecutan como respuesta a fallos graves de los equipos y averías del sistema. Están motivadas por problemas de seguridad o pérdidas de ingresos significativas. Las intervenciones son urgentes y no planificadas por lo que son más costosas y ocurren sólo cuando las pérdidas son lo suficientemente altas como para justificar la logística.
📈 Las acciones predictivas analizan los datos de monitorización del sistema para identificar las señales de degradación, detectar pequeños fallos tempranos y priorizar las actividades de mantenimiento.
Pero, ¿cómo impactan las distintas acciones de mantenimiento en el rendimiento, el número de intervenciones y los componentes reparados durante la vida útil de la instalación?
En la imagen puedes ver los resultados de un estudio del Instituto Superior Técnico de la Universidad de Lisboa y Enmova GmbH donde se evalúan distintas estrategias de mantenimiento que combinan las diferentes acciones.
Los resultados del estudio indican que:
🌟 Las buenas prácticas que se recomiendan actualmente para mantenimiento preventivo y que incluyen inspecciones completas con periodicidad anual, mantienen el rendimiento del sistema en un buen nivel. (60+ % de PR medio)
🌟 Es posible mantener el rendimiento medio del sistema si sustituimos el mantenimiento preventivo por una estrategia de mantenimiento predictivo, con la ventaja de que se reducen las intervenciones y los componentes reemplazados.
🌟 Los beneficios dependen mucho del tiempo de respuesta (el tiempo entre la detección de un fallo y la ejecución de una intervención para mantenimiento). Los tiempos de respuesta cortos mejoran el rendimiento de los sistemas, pero también incrementan el número de intervenciones.
🌟 Los intentos de reducir y minimizar las acciones de mantenimiento deben llevarse a cabo con precaución ya que pueden reducir significativamente el rendimiento del sistema. Con una estrategia correctiva única o una preventiva mínima, el PR medio puede quedar por debajo del 60 %.
Por supuesto, para decidir cuál es la mejor estrategia es importante considerar las características del proyecto: precio de la energía, coste de monitorización, coste de desplazamiento, coste de respuesta ante intervenciones correctivas, etc..